Este contrato establece los términos para la intermediación inmobiliaria entre un profesional inmobiliario y un arrendador. El profesional inmobiliario promueve el arrendamiento del inmueble, asegurando su experiencia y recursos, mientras que el arrendador garantiza que el inmueble estará disponible en condiciones óptimas para su entrega.
El contrato tiene un plazo definido con posibilidad de renovación, y el profesional inmobiliario recibirá como honorarios el equivalente a un mes de renta, pagaderos al momento de la firma del contrato privado o en un máximo de cinco días. El arrendador autoriza la colocación de propaganda y cubre los gastos extraordinarios de promoción si lo aprueba previamente.
El arrendador debe proporcionar documentos básicos como escrituras, predial e identificación oficial. El profesional informará al arrendador sobre avances y clientes interesados. El incumplimiento de cualquiera de las partes permitirá la rescisión del contrato, obligándolas a cubrir los daños ocasionados. Cualquier controversia se resolverá ante los Tribunales del Estado de México o la Procuraduría Federal del Consumidor.
Este contrato define claramente las responsabilidades y derechos de ambas partes, promoviendo una gestión eficiente del arrendamiento.